Escenario I: Mi escena favorita de Malcolm X, del devaluado Spike Lee. Malcolm X está por entrar a un Juzgado, se le acerca una periodista rubia y le pregunta qué pueden hacer los blancos que están a favor de la lucha contra el racismo. Malcolm X le dice “Nada, correrse del camino”.
Escenario II Falta mucho para Macri presidente, son los tiempos de Macri jefe de Gobierno: tiempos de subejecución presupuestaria en Educación y los colegios se caen a cachos. Acompaño a mi hija en la lucha por la defensa de la Educación Pública. En una asamblea multitudinaria se da una discusión sobre la incorporación de los colegios privados a la coordinadora de centros de estudiantes. Mi hija se opone y me parece sectario. ¿No pueden los estudiantes de colegios privados defender la educación pública, también? Lo debatimos y me gana: Que los colegios privados armen su coordinadora, tomen decisiones, y articulemos la lucha, me dice. Por supuesto que los queremos al lado nuestro, pero sus debates no son los nuestros: si queremos llamar a una toma masiva de escuelas, ellos van a votar en contra, porque su realidad es distinta. Tenía -tiene- razón.
En estos días hay muchos amigos enojados porque no podían ir (a exponer) al Encuentro Nacional de Mujeres o los dejan afuera en la decisión del Paro de Mujeres. Hace tiempo que los varones que nos oponemos a la violencia de género no le encontramos la vuelta. Estamos como Pepe Biondi, “¿dónde me pongo, dónde me pongo?”. No está muy debatido el tema entre nosotros, la verdad. Venimos con veinte siglos de privilegios y el poder del patriarcado no lo hemos entregado voluntariamente porque nos dimos cuenta del abuso que significaba: nos lo arrebataron las mujeres que gritaron primero. De tal manera, en la lucha que están el lugar que NO tenemos es el de dar cátedra. Debatamos –propongo- nuestros propios autoritarismos y las injusticias que nosotros también padecemos. Veamos cuántos de ellos devienen de una situación de género. Y después coordinemos para construir una sociedad mejor para todes.
Una papa.
Escenario II Falta mucho para Macri presidente, son los tiempos de Macri jefe de Gobierno: tiempos de subejecución presupuestaria en Educación y los colegios se caen a cachos. Acompaño a mi hija en la lucha por la defensa de la Educación Pública. En una asamblea multitudinaria se da una discusión sobre la incorporación de los colegios privados a la coordinadora de centros de estudiantes. Mi hija se opone y me parece sectario. ¿No pueden los estudiantes de colegios privados defender la educación pública, también? Lo debatimos y me gana: Que los colegios privados armen su coordinadora, tomen decisiones, y articulemos la lucha, me dice. Por supuesto que los queremos al lado nuestro, pero sus debates no son los nuestros: si queremos llamar a una toma masiva de escuelas, ellos van a votar en contra, porque su realidad es distinta. Tenía -tiene- razón.
En estos días hay muchos amigos enojados porque no podían ir (a exponer) al Encuentro Nacional de Mujeres o los dejan afuera en la decisión del Paro de Mujeres. Hace tiempo que los varones que nos oponemos a la violencia de género no le encontramos la vuelta. Estamos como Pepe Biondi, “¿dónde me pongo, dónde me pongo?”. No está muy debatido el tema entre nosotros, la verdad. Venimos con veinte siglos de privilegios y el poder del patriarcado no lo hemos entregado voluntariamente porque nos dimos cuenta del abuso que significaba: nos lo arrebataron las mujeres que gritaron primero. De tal manera, en la lucha que están el lugar que NO tenemos es el de dar cátedra. Debatamos –propongo- nuestros propios autoritarismos y las injusticias que nosotros también padecemos. Veamos cuántos de ellos devienen de una situación de género. Y después coordinemos para construir una sociedad mejor para todes.
Una papa.
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