martes, 5 de noviembre de 2013

RENUNCIÓ COGORNO

Para algunos es "el hombre detrás del éxito de Capusotto" porque es el  creador de personajes como Bombita Rodríguez y Violencia Rivas. Pero esa definición deja afuera el hecho de que Pedro Saborido es hace muchos años arte y parte de lo mejor de los medios. Desde aquél dúo junto a Omar Quiroga que a finales de los '80 abrió el aire de Mitre hacia un humor menos careta hasta su participación como productor y guionista del programa de Tato Bores. 

Entrevista a Pedro Saborido publicada el 5 de noviembre de 2013 en Tiempo Argentino. 
Foto de Mariano Espinoza.









"Para hablar de esta democracia hay que hablar de la manera rara en que terminó la democracia en el setenta y seis" empieza, buscándole siempre el pelo al huevo. "Yo nací en el sesenta y cuatro, así que estaba en cuarto grado cuando murió Perón. Iba a una escuela de monjas tercermundistas, en Gerli, una cosa rarísima. Siempre había agites, cada dos por tres nos mandaban a casa. Cuando fue el fusilamiento de Trelew, las monjas pusieron la bandera a media asta. Al rato, las maestras decían 'bueno, chicos, a juntar las cosas que hay que volver a casa' y nos desalojaban: era que nos habían amenazado de bombas. Lo mismo cuando murió Perón. O aquella vez que llegamos a la mañana y habían dado el golpe. Y todos teníamos en la cabeza 'Comunicado numero...', la mierda esa. Y después yo me morfé toda la secundaria en plena dictadura. Entré a primer año en el setenta y siete, hice el secundario en dictadura en el industrial, fui al Palá de Avellaneda."

–¿Y por qué te parece que es necesario conectar una cosa con otra?
–Porque yo sentí la diferencia. A los diez años tenía acceso a una revista como Satiricón, y eso me marcó, después se notaba esa ausencia de libertad. Yo no puedo pensar que la democracia nació hace treinta años. Pienso que teníamos una democracia que fue interrumpida a los tiros por siete años. En esos siete años también me acostumbré a la dictadura. Por eso, la primera sensación de la democracia fue lo inaudito de la libertad.

–En esos primeros años de democracia, sin embargo, algunos personajes, como el de Bombita Rodríguez no hubieran funcionado.
–Es que eran temas que estaban en vitrinas, no se podía hablar tan fácil, no era lo mismo hablar de los militares en el ochenta y tres que ahora. Lo ves en la actitud que tenían y que tienen los militares e incluso los policías en la calle. El destape empezó en los medios gráficos y un poco en la radio, pero en la televisión estaba muy controlado lo que se hablaba. Fijate que lo que recordamos como el pionero de hablar de los desaparecidos es la revista Humor, un medio gráfico.

–Pero en esa época no tenías contacto con la tele.
–No, la tele era parte del prejuicio hippie.

–¿Y ves televisión ahora?
–No, pero no por prejuicio, me divierto más con Internet. No es esnobismo. Sino que en Internet ves lo que querés y manejás vos los horarios.

ROCK Y POLÍTICA. Cuando se cuenta la historia de la libertad en nuestros medios se habla siempre del punto de inflexión que significó la Guerra de Malvinas y la insólita manera en que el rock argentino consiguió lugar en la radio. Para esa época, los partidos políticos ya se estaban reorganizando y la sociedad exigía cambios. Esos años encontraron al joven Saborido participando de los incipientes medios alternativos  y cerca de los partidos de izquierda.

–¿Eras simpatizante del Partido Intransigente en el ochenta y tres?
–Desde antes, aunque no era simpatizante, militaba y mucho. Pero no terminaba de encajar porque era demasiado rockero. Por más que intentara con Pablo Milanés y con Quilapayún, a mi me gustaba Zeppelin.

–¿Y cómo se te ocurrió ser humorista?
–En realidad estudié periodismo en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, quería trabajar como periodista, pero me salía hacer chistes. Tenía con Omar y con Javier Saubidet un programa en una radio de zona sur en el que queríamos hablar de política, pero inevitablemente nos poníamos a joder. No era que nos tomáramos el laburo en joda, uno de los programas lo hacíamos a las nueve de la mañana de un sábado. Era algo que nos tomábamos en serio, pero fatalmente terminábamos en el humor.

–¿Y de ahí pasaste a hacer la dupla  Saborido-Quiroga en Mitre?
–Eso fue años después, cuando participamos de un concurso para nuevos guionistas en Radio Mitre. Nos contrataron para que escribamos los guiones de Mario Sapag.

–No lo veo a Sapag haciendo tus chistes.
–Él tampoco. Le escribíamos los guiones y con Omar lo mirábamos a través de una puerta, que los leía. Pero salía al aire y decía cualquier otra cosa. Y después le pegaron una patada en el ojete a él y medio como que a nosotros nos mandaron a FM Cien a la noche. Y ahí hacíamos más lo que nos gustaba.

POLÍTICA, HUMOR Y DEMOCRACIA. Hasta el 1992 trabajó en Radio Mitre en dupla con Quiroga. Hacían unos micros con una estructura novedosa para la época, que utilizaba elementos de la cultura popular o las publicidades para parodiar los primeros años del menemismo. Después trabajó en los programas de Tato Bores, siempre vinculado al humor político.
"El humor político tiene un sentido crítico. Tiene algo de bufonesco, cataliza de alguna manera el humor social y hace catarsis de la gente sobre el poder. Pero no creo que le haga nada al poder, hasta puede ser funcional. Los bufones eran eso, hacían morisquetas, imitaban al rey, todos se reían y el rey se la seguía poniendo a todos. Es como una descarga, como los carnavales, que son unos cuantos días en que tiramos la chancleta. Distendeeeemos (NdR: imita a un instructor de yoga), pero vuelve todo como antes. Digo que el humor político es crítico porque es muy difícil hacer humor político oficialista.
–Me decís esto y ustedes tienen el mejor rating de la TV Pública con un programa de humor que habla de política.
–Sí, pero no es humor oficialista. Qué se yo, yo no hago humor político desde el '93. Desde el programa de Tato.
–Pero cuando hablás de humor político, ¿en qué estás pensando?
–Pienso en "Ahí viene Mauricio Macri, se encuentra con Larreta, jojojo".
–Eso no lo hacés porque te aburrirías.
–A mí me pudre. No me sale. Ojo que tiene su mérito, no lo desprecio. Por ejemplo, Rudy y Daniel Paz hace años que vienen pelando chistes buenísimos todos los días sobre la realidad política. A mí no me salió más. Y me dejó de salir con Menem, que ya los chistes te salían de taco. ¿Ahora que hizo? Dice que vamos a mandar cohetes a la estratósfera. ¿Y ahora? Apareció Duhalde con una damajuana en la cabeza…
–Pero tu humor no deja de ser político porque no hable de la coyuntura o de los protagonistas de la política.
–Claro, pero el humor que me gusta está basado en lo que nos pasa a nosotros, no en lo que hace fulano, que tiene poder. El poder es siempre el poder, lo importante es lo que nos pasa a nosotros. Que eso sea lo humorístico. Lo demás me embola, la propaganda. No miro las noticias y no leo los diarios hace dos años. Soy, como dirían en la Revista Barcelona, un informado pasivo. Me entero de todo igual. No hay manera de escapar de las noticias de los medios. Te tomas el subte o entras al bar y hay una pantalla: RENUNCIÓ COGORNO. O viene alguien y te dice "¿!Viste que renunció Cogorno!?"
–Pero para tu trabajo ¿no necesitás estar informado?
–Es que la historia no es lo que pasa en los medios, esa es la confusión. Todos creen que lo importante es lo que pasa en la televisión. Y la verdad es que hay vida alrededor. Nosotros teníamos un personaje que cantaba un tema que era "Me encanta la mujer de mi amigo". Todos dijeron "¡es por Tinelli y Ortega!" No, loco, ¿sabés la gente que se enamoró de la mujer del amigo? La gente cree que es todo metáfora de los medios y lo que buscamos es hablar de las cosas que pasan en la sociedad.
–¿Tenés ganas de seguir mucho tiempo con Peter Capusotto y sus videos?
–Si me dejan, sí. Si aguanta. Este programa es como un boxeador viejo, que tiene que defender el título en cada pelea. Y si no aguanta, si pudrimos, lo haremos en un lugar más chico.
–Bueno, si estás dispuesto a hacerlo en un canal más chico, ¿no tienen ganas de hacerlo en un canal más comercial?
–Nos hicieron muchas ofertas de ir a otro canal. Pero no nos interesa. Por un lado, nos parece una cagada que pase lo que pasó muchas veces en Canal 7, que cuando un programa funciona se lo llevan. Hay ahí una cosa de lealtad. Y después porque nos íbamos a meter en un quilombo que, por más que nos dieran muchísima más guita, nadie nos aseguraba la continuidad y te aprietan para que midas. En este canal funciona. Y somos un poco conservadores, si funciona, creo que también es porque sale en Canal Siete. Este programa, con los mismos chistes, querría decir otra cosa en otro canal.  «

Por qué Saborido
En tanto protagonista de los medios y del humor político de los últimos 20 años, Pedro Saborido es un testigo de cargo de las desventuras de esta democracia que cumple sus tres décadas por estos días. Su actual proyecto televisivo es el programa más visto de la TV Pública y tiene, además, un verdadero batallón de fanáticos que cortan los sketchs y los suben a Youtube casi en el momento en que se están emitiendo. Eso hizo que personajes como Roberto Quenedi, Juan Carlos Pelotudo o Micky Vainilla, hayan entrado en la cultura popular con una velocidad extraordinaria.


Juventudes Políticas
"Si tengo que elegir una imagen que represente para mí la democracia, es la imagen de cualquiera de las marchas de las juventudes políticas del retorno de la democracia. La jotapé, la Juventud Intransigente, la Coordinadora. Todos hacíamos marchas y actos que tenían una energía impresionante. Era la sensación de libertad que volvía por un rato. Y además, se convivía y se compartía mucho, en las marchas éramos todos conocidos independientemente de la fuerza a la que pertenecieras."

–¿Y por qué esas imágenes te simbolizan la democracia?
–Porque yo era joven. (Se ríe) Los demás, que se caguen. Estuvo bueno tener 19 años en esa época. Y eso porque veníamos de una que era como estar en un baño químico siete años escuchando Led Zeppelín a escondidas y de repente te daban una cama elástica. ¡¡¡Plaaaaaa!!! ¡¡A saltar!!

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