Agua, recurso en riesgo

Contaminación. Falta de acceso al agua potable para el 18 por ciento de la población. El impacto negativo de la megaminería. Una ley de Glaciares que no se aplica. Para hacer frente a estas problemáticas que afectan de manera directa a la salud y el desarrollo humanos, habitantes de todo el país se organizan y encabezan acciones concretas con la mirada puesta en el futuro.

Nota aparecida en Tercer Sector de Diciembre 20112




De los pocos o muchos planetas que están al alcance de los ojos de los científicos, hasta el momento el único en el que hay cosas que nacen, crecen, se reproducen y mueren es éste. Es el único que tiene agua y, por lo tanto, vida, aunque lo llamemos Tierra. La interdependencia entre vida y agua es tan transparente que veces cuesta identificarla y, sin embargo, 40 millones de latinoamericanos no tienen acceso a los servicios de agua potable y otras 52 millones de personas se abastecen a través de sistemas que representan un riesgo significativo para la salud, según un estudio de la Cepal. Si bien el proceso de contaminación del agua no empezó anteayer, en los últimos años se aceleró el ritmo de su degradación. El diagnóstico del presidente del Tribunal Latinoamericano del Agua, Javier Bogantes, es claro: “En América latina se está dando un fenómeno que tiene que ver con la explotación de los recursos naturales con una visión cortoplacista, sin importar si son gobiernos socialistas o neoliberales la actitud es establecer interrelaciones con procesos globalizantes y transnacionales que tienen como herramientas el monocultivo, las represas hidroeléctricas y la minería a cielo abierto”. En ese marco, cientos de organizaciones se nuclean alrededor de las distintas facetas de la lucha por el acceso al agua, mientras el Estado adquiere posiciones complejas y, a veces, contradictorias. El proceso de sanción y puesta en marcha de la Ley de Glaciares, la disputa interprovincial por el Río Atuel y el plan de saneamiento de la cuenca Matanza Riachuelo son tres casos que permiten una ilustración muy amplia de la actualidad del acceso al agua en el país.

Un fallo que cambió todo

Hay consenso entre la mayoría de las OSC en considerar al caso Matanza- Riachuelo como el más importante de las causas ambientales de Argentina, tanto por la cantidad de personas en las que impacta (cinco millones de vecinos tienen contacto directo) como por el hecho de que la Corte Suprema dictara una sentencia ejemplar, que generó un escenario sin precedentes en la historia.

La cuenca es un caso ilustrativo, también, para entender esa combinación explosiva entre contaminación y pobreza. El Arroyo del Rey nace en las cercanías de la localidad bonaerense de Longchamps y desemboca en el Riachuelo tras recorrer aproximadamente 18 kilómetros. Un estudio realizado por médicos de hospitales ubicados en esa zona arrojó al menos 38 casos de displasia (malformaciones en la corteza cerebral) en niños que viven a la vera de ese arroyo en los dos últimos años. La investigación difundida por la agencia universitaria Auno, de Lomas de Zamora, indica también que durante la última década los tumores cancerígenos de esófago gástrico y de riñón se incrementaron en las poblaciones de esa región. El neurólogo infantil a cargo de la investigación, Fernando Mendisiski, sostiene que la contaminación del agua o los tóxicos que emanan las chimeneas de empresas clandestinas pudieron haber “alterado la glándula tiroides de la madre y hacer funcionar mal la misma glándula del bebé durante el embarazo”.

El Foro Hídrico de Lomas de Zamora, que reúne a vecinos y organizaciones de esa zona, viene reclamando desde hace años obras pluviales en el Arroyo del Rey como compuertas, estaciones de bombeo y cloacas. “En el Campo Tongui se ahogó un niño en un terreno inundado por falta de desagües y una vecina de la calle Guaminí que tenía una herida en el pie, tras estar doce horas en el medio de la inundación con ese coctel de contaminación, sufrió una infección y como resultado debió sufrir la amputación”, denuncia el blog del Foro.



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