Rimas de Alto Calibre, una banda de presos que no quieren ser pibes chorros

La foto es de Hernán Pombelli
El grupo se gestó luego de un convenio entre el Servicio Penitenciario Bonaerense y la Universidad Nacional de San Martín. Hoy presentan el disco en el que participaron Andrea Prodan, Sergio Dawi, Alejo Ferrero y Miss Bolivia.


 

Se romperán las cadenas / Y mi sueño llegará / se romperán las cadenas / llegará la libertad.” La guajira con base de hip hop suena en un salón bautizado Azucena Villaflor. Atrás de las ventanas, los alambrados dobles. Y más allá, las enormes paredes de la Unidad Penitenciaria de San Martín, que otorga a la palabra libertad un sentido distinto. La banda que musicaliza las tardes de la Unidad 48 se llama Rimas de Alto Calibre, está compuesta por presos y docentes de música y se presenta hoy en el Campus de la Universidad Nacional de San Martín, pero eso es el final de la historia.
La historia comienza en el CUSAM (Centro Universitario San Martín), inaugurado a fines de 2008 mediante un convenio de cesión de espacio entre la Universidad y el Servicio Penitenciario Bonaerense. Se trata del único centro de enseñanza en contexto de encierro que tiene su sede física en el interior de una penitenciaría, con autonomía universitaria. Y Rimas de Alto Calibre es la consecuencia de un proyecto de extensión impulsado por la Universidad dos años atrás. “En 2009, arrancamos con un taller de versada popular y, al poco tiempo, nos dimos cuenta de que había gente que tenía mucho talento para tocar y para componer letras”, explica Lautaro Merzari, docente a cargo del taller junto con José Lavallén. Eso que Merzari llama talento es el brillo que hace de Rimas de Alto Calibre algo completamente distinto de la muestra de fin de año de un taller o la banda de unos pibes que están presos. Rimas de Alto Calibre suena muy bien y tiene un discurso muy original, una voz interesante de escuchar. Una propuesta artística que interpela, por un lado, a la clase media que pide mano dura por la TV y por otro, al éxito comercial de la cultura villera, en sus distintas versiones musicales.
“Nena / sos tan bonita / no quiero verte más / con la bolsita”, el estribillo de este hip hop escrito por Ariel, conocido adentro como El Patón.

CONTRA EL POXI. Ariel quiere salir, no ve nada romántico en la exaltación del poxirán. Está preso desde los 18 y tiene 34. “Tenía perpetua, no tenia ningún motivo para portarme bien, entonces me peleaba con todos, no quería a nadie cerca”, cuenta en un momento en que la banda para a descansar. “Pero en un momento empecé con esto de componer, me puse de novio, tuve dos hijos y vamos por el tercero, ahora estoy haciendo todo para salir.” Además de componer, Ariel es uno de los vocalistas de la banda. Otro es Fabiano, un brasileño que, a diferencia de Ariel, tenía experiencia con otras bandas. “En Brasil tocaba en un bar, hacíamos Axé y toda esa música”, dice.
La consolidación del repertorio llevó a grabar un disco  en el estudio móvil de La Burra Records, del que participaron Andrea Prodan, Alejo Ferrero –trombonista de Las Pelotas–, Sergio Dawi –ex saxofonista de Los Redonditos de Ricota– y Miss Bolivia. En la Web se puede escuchar algunas de sus canciones de sonido profesional y discurso perturbadoramente realista. Ese trabajo es el que se presenta esta tarde en el Campus Miguelete de la UNSAM, en la esquina de Avenida 25 de Mayo y Francia, en San Martín.

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