sábado, 7 de mayo de 2011

Dos lunas en la marcha por la despenalización


Más o menos a la hora señalada, en Plaza de Mayo había un escenario en el que un grupo de gente joven bailaba con los trajes típicos de algún país. Que en general no tienen nada que ver con los trajes que típicamente usan en ese país, sino que son trajes que típicamente se exponen en eventos recordatorios como éste, en un escenario sobre Avenida de Mayo, donde se supone que arrancaba la marcha por la despenalización de la marihuana. Llegué tarde, pensé, y con ese gesto acabo de inaugurar el colmo del colgado.


El amarillo del fondo del escenario indicaba que era algo organizado por Macri. Las chicas no paraban de levantar la pata y los chicos de saltar en su lugar. Es algo de Grecia, me dice uno con cara de Pedro Picapiedra, la barba crecida y la nariz ancha. Son bailes griegos. Está divertido, me quedo a mirar, total la marcha ya se fue. Pero el anunciador anuncia el anuncio de una nueva canción que dice que es algo parecido a Zorba el griego. Se terminó el chiste, paremos con los griegos. Por suerte, atrás del escenario se habían juntado más de 6 mil personas que marchaban hacia el congreso a pedir la abolición de la tenencia simple y del autocultivo. Ahora si.

En el camino se suma mucha gente. En un momento hay varias cuadras para atrás y para adelante. Debato con colegas y amigos sobre la forma de calcular la cantidad de gente. Hay uno que dice que en una cuadra son cinco mil personas. Se fue al carajo. Otro dice que arma grupitos de cien. Imposible, se te mueven todo el tiempo. Yo revelo mi método imbatible: sé que en el Luna Park a tope entran seis mil. Y acá hay dos Luna. Después viene una parte larga que no me acuerdo y llegamos al Congreso

Me quedo mirando a un vendedor de pajaritos de plástico, de esos que se le pone agua adentro y los soplás y gorjean. A su espalda, un rubio con los ojos rojos  se rie un poco jeje y le dice a su amigo estoy reloco, man, escucho pajaritos.

Hay varios oradores, María José Lubertino promete que, sea quien sea excandidato oficialista en capital, ella va a impulsar la ley que presentó Victoria Donda, que  es básicamente la consigna de la marcha  y quien habla a continuación. Entre que presenta a una y otra, el conductor del evento pide a la gente que se suba a la vereda para dejar circular el tránsito por Rivadavia. Pero la explicación no es fácil.

–Compañeros, les voy a pedir que se corran como para este lado, para la izquierda. Como para la izquierda mía, no la del escenario. Como para acá, corranse. Como se llama esa calle, como para la calle de allá, es decir, salgan de Rivadavia, compañeros, así no cortamos Rivadavia y súbanse a la Plaza.

En un momento, mientras ora otro orador, se ve un montón de manos que piden ayuda. Reciclando una mítica frase, el orador pide un médico ahí. Pero en seguda, las manos hacen señas que no, que ya está bien. Jeje, jeje, dicen todos.

El conductor del evento anuncia qu somos quince mil. Te dije, le restas tres lucas de optimismo y te da dos Lunas.



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